viernes, 18 de noviembre de 2016

Carta urgente para el Comando Lobo


Carta para fomentar la lectura entre los alumnos. 
Si llegáis a clase con un sobre rojo, esta carta y un libro, será fácil involucrar a los niños en el cuidado y la lectura del librito.
*********************


En Soria, a 18 de noviembre de 2016




Queridos amigos del Comando Lobo:

Hoy me ha sucedido algo muy extraño y necesito pediros un favor. Ojalá podáis ayudarme. 

Esta mañana, he salido a pasear con Inuki, mi perro, y de paso, me he llevado unos cartones para reciclar. He llegado al contenedor azul, he abierto la tapa y los he echado dentro. Hasta aquí todo normal como siempre, pero hoy Inuki no quería marcharse, olía el contenedor, inclinaba la cabeza y me miraba. He tirado de él sin que se moviera ni un centímetro. Yo no entendía qué le pasaba, así que el husky ha subido las patas y ha intentado abrirlo con el morro. 

Inuki no quería marcharse

« ¡Qué extraño!» he pensado, y he levantado la tapa. Por más que miraba no veía nada raro, sin embargo, me ha parecido oír un sonido, he escuchado mejor y sí, había alguien allí dentro. Aunque he sacado las cajas, los cartones, los periódicos, no encontraba al dueño de los lamentos. « ¿Me estaré volviendo loca y oigo ruidos? Bueno, eso es imposible porque ya estoy locuela, en todo caso, un poco más» y me he echado a reír. 

Yo quería irme, en cambio, Inuki insistía insistía en que buscara más y he vuelto a mirar. Al fondo del contenedor había un libro pequeñito y me ha parecido que los suspiros salía de allí. «No puede ser» me he dicho. «Los libros no dicen ni pío. Son de lo más silenciosos, todo lo que tienen que decir está escrito en sus páginas y nunca abren la boca, si es que la tienen. ¿Los libros tienen boca? ¡Ah, pues no sé! Yo no la he visto nunca…» 

Estaba muy intrigada y se me ha ocurrido preguntar en voz alta: «Oye, ¿eres tú quién llora?» Y no os lo vais a creer, me ha contestado que sí. Casi me caigo del susto. Normal: acabo de cumplir 49 años y es la primera vez que me habla un libro. «Y, ahora, ¿qué hago?».

Pues he acercado una silla abandonada al lado del contenedor y me he metido dentro para rescatar al libro. Estaba en un rincón muy asustado, pero se ha dejado coger. He abierto la tapa del contenedor para salir y me he encontrado, cara a cara, con una vecina que iba a tirar su basura. ¡Qué susto! Las dos hemos gritado, luego le he explicado lo del librito. No me habrá creído porque me ha mirado como si me faltara un tornillo y se ha marchado muy tiesa calle arriba. 

Me he metido en el contenedor para rescatar al libro

Inuki y yo nos hemos quedado con nuestro hallazgo: era un pequeño libro de animales. Estaba un poco sucio y mojado. Se notaba que había llorado un montón. Lo he secado con un pañuelito. Inuki le ha pasado la lengua para limpiar una mancha que tenía en el lomo.   

Después le he preguntado qué le pasaba, pero no respondía. «Ya sé que hablas, sé tu secreto, así que no seas tímido y cuéntame por qué lloras» —le he dicho. 

Estaba tan apenado que casi no podía contestar. Al parecer, la mamá de un niño lo había tirado a la basura pues su hijo había crecido y ya no le interesaban los libros, ahora se pasaba el día perdiendo el tiempo con los videojuegos. 

«Sé que me triturarán o me quemarán en la planta de reciclaje y estoy muy muy asustado»,  otra vez unas lágrimas enormes. «Te vienes a casa con nosotros, nadie te va a quemar, y no llores más que se te mojan las hojas». 


Me lo he traído a casa, lo he limpiado mejor y se ha quedado tranquilo y calladito. Creo que se ha dormido. A media tarde se ha despertado, porque lo he encontrado abierto, y me ha parecido un poco triste. 

Yo sé lo que le pasa: está agradecido de que lo haya salvado, pero es un libro para niños y mis hijos ya son mayores. Sin ningún niño que lo lea, se morirá de pena. 

Como estoy escribiendo una historieta del Comando Lobo, me he acordado de vosotros y he pensado que quizás podríais ayudarme. Os mando el libro. Si cada semana un Agente Especial se lo lleva a su casa y lo lee un ratito, seguramente, se recuperara y volverá a ser un libro contento.  De momento necesita muchos mimos —lo entendéis, ¿verdad?—, luego podréis dejarlo en la clase con otros libros amigos.  



Espero que me ayudéis en este asunto tan extraordinario. Y, por favor, no le contéis a nadie que el librito sabe hablar, este es un secreto del Comando Lobo. Si le obligan a hablar, se asustará mucho, ya sabéis que es pequeño y tímido. 

Me gustaría mucho que me escribierais y me contarais: qué tal se encuentra el librito, si os lo habéis llevado a casa y si lo habéis leído. Sé que puedo contar con vosotros para que sea feliz y no vuelva a llorar nunca más.

Un montón de besos para que os los repartáis entre vosotros, más otro para la seño.

Milano Negro 

Nuestro pequeño libro con sus amigos

3 comentarios:

  1. Hola Milano!! Que sorpresa primero por conocerte y segundo por la historia. Genial y si es lo que parece, a los chicos les encantará. Yo estoy con un relato de basura en primera persona pero es una historia an más triste. Un abrazo

    ResponderEliminar
  2. -¿Una lectura de reciclaje?
    - No, es un cuento. Lo lamento.
    - ¡Jooope!

    Bromas aparte, es una buena iniciativa. Y Excelente redacción Milano.

    ResponderEliminar
  3. Hola Milano Negro,... enhorabuena, me ha encantado tu cuento. Te felicito de verdad por esa tierna historia en primera persona. Buen fin de semana!

    ResponderEliminar