Carta para fomentar la lectura entre los alumnos.
Si llegáis a clase con
un sobre rojo, esta carta y un libro, será fácil involucrar a los niños
en el cuidado y la lectura del librito.
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En Soria, a 18 de noviembre de 2016
Queridos
amigos del Comando Lobo:
Hoy me
ha sucedido algo muy extraño y necesito pediros un favor. Ojalá podáis
ayudarme.
Esta
mañana, he salido a pasear con Inuki, mi perro, y de paso, me he llevado unos
cartones para reciclar. He llegado al contenedor azul, he abierto la tapa y los
he echado dentro. Hasta aquí todo normal como siempre, pero hoy Inuki no
quería marcharse, olía el contenedor, inclinaba la cabeza y me miraba. He tirado
de él sin que se moviera ni un centímetro. Yo no entendía qué le pasaba, así
que el husky ha subido las patas y ha intentado abrirlo con el morro.
« ¡Qué extraño!» he pensado, y he levantado la tapa. Por más que miraba no veía nada raro, sin embargo, me ha parecido oír un sonido, he escuchado mejor y sí,
había alguien allí dentro. Aunque he
sacado las cajas, los cartones, los periódicos, no encontraba al dueño de los
lamentos. « ¿Me estaré volviendo loca y oigo ruidos? Bueno, eso es
imposible porque ya estoy locuela, en todo caso, un poco más» y me he echado a
reír.
Yo
quería irme, en cambio, Inuki insistía insistía en que buscara más y he vuelto
a mirar. Al fondo del contenedor había un libro pequeñito y me ha parecido que los suspiros salía de allí. «No puede ser» me he dicho. «Los libros no dicen ni
pío. Son de lo más silenciosos, todo lo que tienen que decir está escrito en
sus páginas y nunca abren la boca, si es que la tienen. ¿Los libros tienen
boca? ¡Ah, pues no sé! Yo no la he visto nunca…»
Estaba
muy intrigada y se me ha ocurrido preguntar en voz alta: «Oye, ¿eres tú quién
llora?» Y no os lo vais a creer, me ha contestado que sí. Casi me caigo del
susto. Normal: acabo de cumplir 49 años y es la primera vez que me habla un
libro. «Y, ahora, ¿qué hago?».
Pues he
acercado una silla abandonada al lado del contenedor y me he metido dentro para
rescatar al libro. Estaba en un rincón muy asustado, pero se ha dejado coger.
He abierto la tapa del contenedor para salir y me he encontrado, cara a cara,
con una vecina que iba a tirar su basura. ¡Qué susto! Las dos hemos gritado,
luego le he explicado lo del librito. No me habrá creído porque me ha mirado
como si me faltara un tornillo y se ha marchado muy tiesa calle arriba.
Inuki y
yo nos hemos quedado con nuestro hallazgo: era un pequeño libro de animales.
Estaba un poco sucio y mojado. Se notaba que había llorado un montón. Lo he
secado con un pañuelito. Inuki le ha pasado la lengua para limpiar una mancha
que tenía en el lomo.
Después
le he preguntado qué le pasaba, pero no respondía. «Ya sé que hablas, sé tu
secreto, así que no seas tímido y cuéntame por qué lloras» —le he dicho.
Estaba
tan apenado que casi no podía contestar. Al parecer, la mamá de un niño lo
había tirado a la basura pues su hijo había crecido y ya no le interesaban los
libros, ahora se pasaba el día perdiendo el tiempo con los videojuegos.
«Sé que
me triturarán o me quemarán en la planta de reciclaje y estoy muy muy asustado»,
otra vez unas lágrimas enormes. «Te
vienes a casa con nosotros, nadie te va a quemar, y no llores más que se te
mojan las hojas».
Me lo
he traído a casa, lo he limpiado mejor y se ha quedado tranquilo y calladito.
Creo que se ha dormido. A media tarde se ha despertado, porque lo he encontrado
abierto, y me ha parecido un poco triste.
Yo sé
lo que le pasa: está agradecido de que lo haya salvado, pero es un libro para
niños y mis hijos ya son mayores. Sin ningún niño que lo lea, se morirá de
pena.
Como
estoy escribiendo una historieta del Comando Lobo, me he acordado de vosotros y
he pensado que quizás podríais ayudarme. Os mando el libro. Si cada semana un
Agente Especial se lo lleva a su casa y lo lee un ratito, seguramente, se
recuperara y volverá a ser un libro contento.
De momento necesita muchos mimos —lo entendéis, ¿verdad?—, luego podréis
dejarlo en la clase con otros libros amigos.
Espero
que me ayudéis en este asunto tan extraordinario. Y, por favor, no le contéis a
nadie que el librito sabe hablar, este es un secreto del Comando Lobo. Si le obligan a hablar, se asustará mucho, ya sabéis
que es pequeño y tímido.
Me
gustaría mucho que me escribierais y me contarais: qué tal se encuentra el
librito, si os lo habéis llevado a casa y si lo habéis leído. Sé que puedo contar con vosotros para que sea feliz y no vuelva a llorar nunca más.
Un montón
de besos para que os los repartáis entre vosotros, más otro para la seño.
Hola Milano!! Que sorpresa primero por conocerte y segundo por la historia. Genial y si es lo que parece, a los chicos les encantará. Yo estoy con un relato de basura en primera persona pero es una historia an más triste. Un abrazo
ResponderEliminar-¿Una lectura de reciclaje?
ResponderEliminar- No, es un cuento. Lo lamento.
- ¡Jooope!
Bromas aparte, es una buena iniciativa. Y Excelente redacción Milano.
Hola Milano Negro,... enhorabuena, me ha encantado tu cuento. Te felicito de verdad por esa tierna historia en primera persona. Buen fin de semana!
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